domingo, 10 de enero de 2010

Guillermo Degiovanangelo- Algunas propuestas

1) La creación de un depósito Legal departamental, establecido por ley,
donde sea obligatorio que cada libro, revista, publicación, etc. que se
realice en un determinado departamento, se vuelque a la biblioteca
municipal, aparte de la Nacional, por supuesto.
2) Una ley de defensa del artista nacional. En el Encuentro se había
hablado de la Jubilación, lo que había sido mal entendido. Pero más
importante que ese retiro sería que la ley protegiera determinadas cosas
como ser:
- La obligación de que en los escaparates de las librerías se exija un 50%
de autores nacionales pero en editoriales nacionales (si no las
transnacionales vuelven a apabullar con sus títulos). La obligación de que
todos los autores uruguayos editados por editoriales nacionales tengan la
misma difusión que los demás libros. y que los distribuidores actúen de la
misma manera.
-Una hoja mensual que sea publicada en los medios de prensa escritos en la
cual conste la lista de los libros publicados en el mes anterior.
- En cuanto a los autores musicales, esa ley también exigiría el 50% de
material nacional en las emisoras.
-Para los comentarios que se hacen en la prensa acerca de libros también
regiría los mismo.

Otra propuesta

La restitución del Instituto Nacional del Libro, ya que en el interior no
hay buenas librerías y menos aún con libros de autores nacionales.
Este proyecto sería más o menos así:
Ya que existe en todas las intendencias del interior un cardumen
considerable de "funcionarios sin funciones", y que por lo general los han
depositado en las áreas de cultura, la cosa sería que las intendencias
pongan personal y local (siempre hay un huequito), y el MEC se encargue de
recibir y distribuir y controlar los libros y las ventas.
En el caso de las localidades donde existan las juntas locales, éstas
podrían tener una sala de venta y el o la funcionaria que esté a cargo no
debe manejar dinero, ya que todo se haría a través de las cajas como
cualquier trámite.

1 comentario:

  1. Hola. Quisiera plantear una duda que me quedó de la presentación, realizada en el CCE, de la encuesta de consumos culturales en el uruguay. entiendo que los consumos han cambiado (cultura visual y virtual antes que lectora), pero la cuestión que no me quedó clara es cómo se explica esto: parecería ser que los consumos que crecieron son aquellos sostenidos por el estado (cine uruguayo e internet -plan ceibal?- y me parece que teatro. y el cine se ve, en gran parte, por el canal cinco.
    me pregunto si eso no es algo que no ha cambiado cuando se acepta, de alguna forma, que si antes se leía mucho y había muchas ediciones de autores nacionales era porque el estado subvencionaba la actividad o, al menos, tenía mucha participación en ella. lo que quiero decir es que parece haber una cuestión que marca que los consumos en el uruguay son aquellos que se facilitan. me pregunto si eso es realmente una cultura vigorosa: uno va al restaurante y elige lo que le quieren dar.
    tal vez a la literatura no le quede más remedio que volver a ser de élite ya que me parece, existe un cierto grado de consenso de que el país lector ya fue. consenso sostenido en el descenso de la lectura de libros, diarios y revistas y en su pérdida de importancia relativa a las demás artes o actividades para el tiempo libre que serían más de esta época. y esa idea de tiempo libre asociada al libro(¿tiene que ver con el ocio?) me lleva a pensar en la definición de bolaño que usa trochon para definir la escritura, tal vez, solo las élites artísticas (en la producción y la recepción) sean las que miran el abismo, los otros lo que quieren es entretenerse. me pregunto, a veces, si no será mejor ocupar ese papel y conformarse a no ser masivo.
    (ojo! que lo de elite no supone un corte de clase).

    otro sí le cuento esto: en la guía telefónica aparecen (o aparecían hasta hace unos años) muchas librerías en villa colón y colón. cuando uno llegaba a ellas eran kioskos. por ejemplo, Librería santa maría, en avda. lezica y veraguas. por supuesto, no vendían un solo libro, ni para niños. los libros se vendían en el súper.

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